De un mal polvo ... líbranos Señor te rogamos

Luego de un mal polvo, viene otro peor. Por eso decidimos terminar con la mala racha y dedicarnos al sexo de ciudad. Caminar por Santiago con el condón en la cartera. Dejar de preguntarnos ¿me saco la polera? ¿me sacará el sostén? Agarrar los calzones y tirarlos por la ventana. Y simplemente tirarnos al de al lado. De frente. Y de costado.

domingo, junio 25

Un mal polvo que nunca fue

Me acuerdo que estábamos en su departamento ultra minimalista, con esos sofás ultra blancos de soltero, que ni un perro ni un cabro chico pueden soportar. Yo había tomado poco, él más y yo quería seguir con el vaso en la mano, pero parece que el refrigerador estaba vacío o quedaba puro jugo, y había un resto de wisky y preferí decir que no, porque una vez me pasó y quedé con una caña que ni siquiera tengo ganas de volver a recordar. Empezamos a darnos besos y a caminar por el piso flotante ultra pulcro de seis lucas el metro cuadrado, y puta, yo quería que el asunto avanzara y no tenía ganas de empezar yo a sacarme las pilchas y le dije que tenía calor y me saqué la bufanda de lana chilota y la amarré a la cartera, porque estoy aburrida de dejar la ropa tirada en casa ajena, como la vez que perdí el sostén y partí a los días después a buscarlo angustiada porque necesitaba ponérmelo con la blusita blanca para la presentación de un proyecto en la mega oficina en la que trabajaba y el loco no lo había encontrado y nos pusimos a buscarlo y estaba atrás del sillón de su madre, que agradezco que la señora no haya sido buena para el aseo y yo haya quedado como la indecorosa del siglo. Prosigo. Y puta, yo tenía ganas de sacarme la polera y el loco no atinaba y ponía cara de hot, para ver si esto llegaba a buen termino de una vez por todas y él nada, y me trataba como si fuera su novia, su posible esposa y la futura madre de sus hijos, y qué va, yo no quería ni tantos besos ni tantos abrazos.
Me emputecí.
Me tengo que ir, le dije.
Tampoco me pidió que me quedara.
Me dejó en el auto y me fui.
Eso fue un mal polvo que nunca fue.