De un mal polvo ... líbranos Señor te rogamos

Luego de un mal polvo, viene otro peor. Por eso decidimos terminar con la mala racha y dedicarnos al sexo de ciudad. Caminar por Santiago con el condón en la cartera. Dejar de preguntarnos ¿me saco la polera? ¿me sacará el sostén? Agarrar los calzones y tirarlos por la ventana. Y simplemente tirarnos al de al lado. De frente. Y de costado.

martes, noviembre 27

El instantáneo

De ese hay que librarse. Ese sí que es un mal polvo. El que es bueno sólo mientras dura el polvo en sí. Y lo de después o lo de antes no produce nada. No hay seducción, ni complicidad. Ese que se arma sólo en el minuto, y del que sabes la fórmula; que en verdad no es fórmula sino que es casi instinto de supervivencia básico. Sin el ponerle color, sin el coqueteo, sin las palabras bonitas, que aunque eufemísticas, son las que le dan valor al cuento, que avivan la llama.

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