De un mal polvo ... líbranos Señor te rogamos

Luego de un mal polvo, viene otro peor. Por eso decidimos terminar con la mala racha y dedicarnos al sexo de ciudad. Caminar por Santiago con el condón en la cartera. Dejar de preguntarnos ¿me saco la polera? ¿me sacará el sostén? Agarrar los calzones y tirarlos por la ventana. Y simplemente tirarnos al de al lado. De frente. Y de costado.

jueves, septiembre 25

Color de hormiga

Nunca había entendido o había podido aplicar bien la frase "me dio monos", pero esta vez me calzó perfecto y ese polvo está en la competencia de los "peores polvos ever".
Porque un buen polvo no sólo se trata de movimientos, ritmos y formas. Se trata de un ambiente y un contexto erótico, que no sólo sea un placer físico, ojalá que sea metafísico.
A veces basta con que sea una buena química. Aunque eso tampoco asegura nada.
Estábamos con el morenazo en una rica conversación, profundamente relajados y entretenidos y nos quedamos dormidos en su cama.
En la mañana, sin decirnos nada y sólo mirándonos, comenzamos -por primra vez- a acariciarnos y besarnos y a sonreírnos; flojera y regaloneo.
Sabía que íbamos para eso, pero no había ningún apuro. Para mí. Pero sí para él, porque mientras yo tenía los ojos cerrados, sintiendo y gozando cada segundo, morenazo comenzó a sacarme los pantalones y yo -que me pilló desprevenida- le dije ¿qué onda? y él puso voz de guagua para decir "Ay! yapooo, pa que se conozcaaaan" e hizo algo que yo, desde mi posición, vi como un puchero.
Tal vez ese sea su estilo. Pero a mí, las voces y sonidos de mascotas, con añuñucos y haciendo "viejitos", me dieron monos, con el correspondiente tiritón de cabeza .
Por suerte para él, en gustos no hay nada escrito. Better luck next time!

1 Comments:

  • At 5:31 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Jajajaja muuy bueno, saludos de un mal polvo

     

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