De un mal polvo ... líbranos Señor te rogamos

Luego de un mal polvo, viene otro peor. Por eso decidimos terminar con la mala racha y dedicarnos al sexo de ciudad. Caminar por Santiago con el condón en la cartera. Dejar de preguntarnos ¿me saco la polera? ¿me sacará el sostén? Agarrar los calzones y tirarlos por la ventana. Y simplemente tirarnos al de al lado. De frente. Y de costado.

martes, julio 18

Potito de guagua

No entiendo cuál es la fantasia de los hombres con las mujeres sin pelo. Nicole, mi depiladora, me preguntó qué tipo de rebaje quería. Hay más que los típicos, pregunté yo. Y me habló del brasilero, el completo, el super y el super con yapa, de los que no quiero ni acordarme que ya me duele todo.
Le comenté eso a V.U. y ansioso me preguntó cuál había pedido. Orgullosa le mostré mi nueva tendencia pero él no quedó muy contento. Se ofreció resurarme y como en esos momentos de calentura uno accede a muchas cosas le dije que si.
Así que partimos al baño con velas y todo para hacerlo más romántico. Lo único que había en su departamento de soltero era una prestobarba del año de la pera. Y digo prestobarba porque se la debe haber comprado cuando le decían así. Se me olvida decir que V tiene una barba larga que da cosquillas.
No era mi idea de noche romántica, pero él estaba como niño con la idea de verme peladita. Mientras, yo pensaba si a otras mujeres también se les venía a la mente cuando acceden a estas cosas, que sus amantes son medios pedófilos y que quieren tirar con niñitas. En eso estaba cuando un dolor tremendo me inunda. Mierda! lo miro y se muerde los labios. Me toco y sangre tiñe mis dedos.
Qué forma de arruinar la noche!! una cortadura, menor, pero cortadura al fin y al cabo. Ahora si que parezco potito de guagua, pelada y con olor a Hipoplós. Peor!