De un mal polvo ... líbranos Señor te rogamos

Luego de un mal polvo, viene otro peor. Por eso decidimos terminar con la mala racha y dedicarnos al sexo de ciudad. Caminar por Santiago con el condón en la cartera. Dejar de preguntarnos ¿me saco la polera? ¿me sacará el sostén? Agarrar los calzones y tirarlos por la ventana. Y simplemente tirarnos al de al lado. De frente. Y de costado.

sábado, septiembre 9

Autos

Hace tiempo que no me tiraba a alguien en un auto. Desde la adolescencia, quizás durante los primeros años en la universidad lo hice mucha veces, después vinieron los moteles, los caros, los de la noche, los por el momento, las sábanas roídas, cubrecamas manchadas, el espejo en el techo, la alfombra burdeo y la vandeja con dos martinis que traía la mucama.
Lo del auto volvió a aparecer este fin de semana. Unos besos secos en el departamento cuando la fiesta ya había culminado, un atracón sexy en el ascensor, con pánico a ser grabada por un conserje caliente, unos besos húmedos camino al auto y más, en todas y cada unas de las luces rojas que se aparecieron por ahí.
Una calle oscura y diez árboles mirando. De repente pasó un repartidor de diarios que disimuló no mirar cuando su espalda fosforecente rozó el espejo derecho. Mi polera ya estaba afuera y su pantalón lo suficientemente abajo como para estar cómodos. Una hora después, comíamos una hamburguesa en el estacionamiento vacío de un Mc Donalds.

1 Comments:

  • At 3:54 a. m., Blogger Dr. Flaco said…

    me asalta una duda.... fantasia o realidad?

    me jodo si es la primera opción!

     

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