No hay nada que me guste más
No hay nada que me guste más que el momento en que me estoy quedando dormida en tus brazos, luego de haber tirado; y tú, cuchareándome, pones tu nariz en mi cuello. El sentir como tu respiración mueve los casi imperceptibles pelitos de mi nuca, me erotiza pero a la vez me calma. No hay nada que me guste más que sentir que después de que estuviste dentro mio, no me puedes dejar ir y quieres hasta respirar de mí.